Crónica apresurada.
Apenas unas líneas para comentar el estupendo debate con Juan Luis Cano, Gomaespuma, (@juanluiscano) y Gonzalo Boye, editor (ir)rresponsable de Mongolia en (@boye_g) la Facultad de Periodismo de la Universidad de Castilla-La Mancha.
Juan Luis Cano plantea una contradicción. El humor no tiene recorrido como medio informativo. Sin embargo, el humor sí es un vehículo excelente para contar la realidad, para contar las noticias y aquello que sucede. “El humor nos permite conducirnos por caminos diferentes”, apunta, antes de señalar que la entrevista es el género ideal para crear buen ambiente y profundizar en asuntos complicados. Claro, que la entrevista tiene un riesgo: entrevistar a Evander Holyfield y tomarle el pelo.
Juan Luis apunta que en la radio un periodista puede hacer de todo y que no hay unos límites claros. “El límite es el sentido común”, que debería ser claro para el oyente y para el profesional. Me gustó que apostara por la improvisación en periodismo, porque ésta solo es posible cuando se tiene el conocimiento y la preparación. Esto lo llamamos producción, producción y producción.
De su experiencia, Juan Luis concluye que los políticos no saben reaccionar ante el humor. Les descoloca porque es un discurso periodístico diferente, que emplea registros y contenidos propios. Más patético suele ser el político que quiere ser gracioso…
Una buena reflexión: la gente que no sabe navegar en el humor es mediocre.
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Gonzalo Boye resumió el modelo de negocio de Mongolia en unas cuantas ideas:
- Tener una iniciativa y buscar un modelo de empresa sencillo, que se pueda manejar
- No gastar en nada que no sea necesario
- Tener una idea, pensar un plan de negocio y buscar financiación
- La independencia editorial de la revista se cimenta sobre las aportaciones de 18 socios. Ellos aportan el capital.
Me gustó la idea de aceptar el sentido común, pero que éste es difícil de establecer. Por eso, y entiendo que porque es abogado, prefiere el límite del código penal… y el del buen gusto.
“Es tarea nuestra (de Mongolia y de todos) empujar ambos límites para que se expanda la libertad de expresión”, acertó a resumir. Más aún, ya le gustaría que el sentido común primara sobre el código penal.
Boye cree que el humor es síntoma de inteligencia. “Nuestra apuesta editorial es clara: nos reímos con los ciudadanos de aquellos que detentan el poder y se han reído de nosotros en los últimos tiempos”.
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Pues hasta aquí mis notas. De nuevo, por escrito otra vez y las que hagan falta, muchas gracias a los ponentes por venir y ayudarnos a construir Facultad. Y gracias desde luego al equipo de alumnos voluntarios que han manejado la intrahistoria del congreso. Nosotros, los profesores sí lo sabemos 🙂